viernes, 5 de junio de 2009

EDITORIAL

Dice una cita latina "AD ANGUSTA PER ANGUSTA" que en nuestra lengua argentina devendríoa en "para lograr la felicidad debemos caminar por lugares etrechos, dificultosos". Parece ser que este dicho popular marca algo reconocido por la sociedad de su época y, llegando a nuestros días, muestra su vigencia. ¿cuál es la intención de comenar con esta cita?
Tan solo hechar una ojeada a los caminos que elegimos para lograr un objetivos. ¿Es usted de aquellos que creen de los que creen que el fin justifica los medios, de los que piensan que el que espera desespera?
Si aún desespera en la nebulosa de los tiempos (frase hecha si las hay) les hablo de com llega unno a la felicidad. Y nos encontramos con una larga serie de intenciones que como gran embudo terminan en lo mismo:
"Lo que hace falta es empacar mucha moneda, vender el alma, rifar el corazón, tirar la poca decencia que te queda, plata, plata, plata... Plata otra vez...
E.S Discépolo
Aunque usted no lo crea en estos tiempos la gente necesita que la fantasía supere la realidad. Vea si no a su alrededor, ¿ de que fantasía estoy hablándole?
Y yo no sé... pero las fiestas traen ese rogocijo momentáneo de quien toca el cielo con las manos. No todos los dias la familiase reúne y se contagia de felicidad.
despues vendra el yugo diario del que arrastra pesadumbres, pero no será igual, no señor, rconocemos la esperanza y sabemos que no todos los medios justifican al ffin.
Cuando el ronquido del íltimo petardo se apague recuerde que vale la pena la lucha para ser feliz.

MI IDOLO MARADONA

Durante décadas su infatigable lucha por los demas, en medio de la indiferencia general (tanto de sus colegas como de las autoridades), no empañó su imagen de alguien que tenía bien en claro cual era su meta.
Hombres, mujeres, niños y ancianos disfrutaron de su palabra y su compania, de sus esperanzas, de sus frustraciones y de su magia.
Peo el siguió empeñado, casi caprichosamente, en lo que creia era su destino.
Y el tiempo lo fué gastando lentamente, casi con un sagrado respeto.
Y hoy ya no lo puedo disfrutar mas. se ha ido pero yo se que esta allá donde van todos los que como el dejaron todo por los demás.
Y es ahí donde quiero recoedarlo siempre.
(En memora del Dr. Esteban Maradona, mi idolo).
Haroldo Duflos.

HABIA UNA VEZ...


Dic.-1997

Había una vez un país muy, pero muy lejano. Tan lejano, que casi se caía del mapa.
En él vivían los amnesiantinos, un pueblo que siempre olvidaba todo de un día para el otro. Y la vida transcurría tranquila y olvidada en Amnesiantina, hasta que llegó un viajero de largas patillas y preguntó por el rey.
Los guardias de la frontera le indicaron que siguiera por el camino del olvido y llegaría pronto al palacio rosado del rey de los grandes bigotes y las marcadas ojeras
En el palacio, el monarca le agradeció su visita y le preguntó qué podía hacer por él. El viajero se enderezó y una mágica luz lo envolvió y su voz tronó por todo el reino - ¨Soy el emisario del gran monarca de las tierras del septentrión. Mi misión es trasmitirle el descontento de su GRAN MAJESTAD DEL NORTE que no recibe sus tributos como había ordenado”.
El rey de las marcadas ojeras y los grandes bigotes respondió asustado - ¨Pero señor mensajero, no puedo pedirle más sacrificios a mi pueblo, si lo hago provocaría una rebelión ¨ Y el enviado cambió su semblante amistoso, sacó la varita indúltera y pronunció las palabras mágicas - ¨Fondus Fondus Monetarius Internacionalis¨ al tiempo que apuntaba con ella al trono.
Y una espesa nube cubrió al reino, y ya nada fue igual.
Los corruptos mercaderes le negaron al reino su ayuda y cerraron sus talleres. Los hombres y mujeres se pelearon por un pedazo de pan. Los hijos negaron a los padres y se negaron a estudiar.
Ya nada fue lo mismo en el reino de Amnesiantina.
Pero como allí todo se olvida de un día para el otro, nadie se dio cuenta que había un nuevo rey, el de las Largas Patillas, que había sido enviado por el gran monarca del septentrión. Y todo siguió igual.
Y colorín colorado, este cuento ya lo he olvidado.

Espartaco

EDITORIAL

Se extraña su molesto perfeccionismo cuando objetaba un punto o un acento que distraidamente se fugó.
Se extraña su presencia insistente, pidiendo que buscáramos datos en internetpara interpretar realiiidades. Pidiendo que movilizáramos a los doscentes para que ellos movilizaran a sus alumnos, para que por inercia se movilizaran sus padres.
Se extraña su prédica constante, hablándome de una escuela de puertas abiertas, donde los chicos tengan ganas de venir, y los padres fprmen parte real de lo que se llama comunidad educativa.
Se extrañan sus apresiaciones sobre educasión, que siempre mostraban algún detalle que no teníamos en cuenta.
Se extraña cuando todas las mañanas venía con su disqquette para que le imprimiera lo que había escito la noche anterior: un cuento, un proyecto comunitario, un bosquejo de una radio escolar, algún borrador de una nueva obra de teatro, o algún otro delire trasnochado, que luego sabía transformar en una realidad palpable.
Se extraña al tipo servicial, que no tenía reparo en prestarnos un libro, grabarnos un cassette, sacarnos del paso cuando había que escribir algo de apuro.

Pero, justamente porque tenemos tantas cosas para extrañarlo, es que vamos a tenerlo presente, cuando cada día abramos alguna puerta de algún lugar de la escuela....

ERA UN PERFECCIONISTA..

"Era un perfeccionista en todo lo que hacía relacionado con el arte: los espectáculos, la dirección del diario,la puesta en escena de las obras de teatro.
Cuando llegaban los ensallos de los espectáculos de fin de año y lo veíamos parado en el patio, sabíamos qué pensaba. no podía ocultare su agrado o desagrado si no tomábamos en serio nuestra tarea.
Cuando los docentes ensayábamos las obras infantiles, nos dirigía como si fuéramos profesionales y los errores eran marcados y corregidos hastael cansancio.
Sabía lo que podíamos lograr y él tenía un lema "si vas a hacerlo, hacélo bien".

EL EXTRAÑO DE PELO LARGO

Dentro de mis recuerdos personale, de mi niñez especificamente, aparece en mi memoria un hombre jóven, de pelo largo y aspecto hippie que me hacía bromas constantes y se divertía con mis reacciones.
Esto se extendío durante mi adolescencia ya que compartíamos viajes en el tren de Grand Bourg a Villa Martelli, en los cuales, durante meses, me hizo creer sobre la existencia de una sirena en una estación determinada. Sirena que nuncaexistió ya que él, muy hábilmente y hasta fumando emitía ese raro sonido.
El tiempo pasó y nuestra relación fue cambiando, pero en mi recuerdo quedó ese extraño de pelo largo.
Luego su cabello se fué tiñendo de canas y su barba se raleó.
Su vida reflejaba a un hombre cambiante. Pasaba de la alegría a la tristeza, del bullicio a la quietud, pero algo se mantenia constante en su vida: disfrutaba, o por lo menos eso parecía de sus momentos de soledad, en los que se sumergía en su refugio repleto de libros, discos y escribía...siempre escribía.
Así era. Naufragaba a un lugar de sueños a veces imposibles de concretar. Soñaba con cambiar el mundo. Soñaba y sus sueños se reflejaban en sus escritos en donde las palabras no siempre eran comprendidas. Su lenguaje era muy especial y no todos comprendíamos sus mensajes.
Alejandra Frandolich.